Hoy, 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una jornada que invita a reflexionar sobre una problemática que trasciende las efemérides y exige atención los 365 días del año. Las cifras son elocuentes y escalofriantes: desde que se empezaron a contabilizar los feminicidios en España en 2003, al menos 1.285 mujeres han sido asesinadas por violencia machista. Solo en lo que llevamos de 2024, ya son 41 las víctimas mortales, de las cuales 5 eran residentes en Málaga. A esta tragedia se suma la dramática cifra de 443 menores que han quedado huérfanos debido a esta lacra.
La violencia de género es un problema estructural, profundamente arraigado en una cultura patriarcal que perpetúa las desigualdades de género. En Málaga, las cifras locales reflejan una preocupante realidad: cada día se presentan unas 34 denuncias por violencia de género y se emiten tres órdenes de alejamiento. Sin embargo, los números no logran transmitir el impacto devastador que estos actos tienen en las víctimas, sus familias y la sociedad en general.
Políticas insuficientes frente a la magnitud del problema
En este contexto, resurge la crítica hacia la falta de recursos dedicados a combatir la violencia de género. A pesar de los compromisos gubernamentales, Andalucía sigue sin contar con los Centros de Crisis de 24 horas, considerados esenciales como primera línea de atención a las víctimas. Los 12 millones de euros asignados a la apertura de estos centros permanecen sin ejecutarse, lo que evidencia una falta de acción política que pone en riesgo la protección de las mujeres.
Esta inacción contrasta con la magnitud del problema, especialmente en una región como Málaga, donde los datos muestran una incidencia alarmante. Más allá de los números, la realidad es que cada mujer asesinada representa una vida truncada, una familia destrozada y un recordatorio de que las políticas de prevención, protección y sensibilización aún son insuficientes.
Para quienes niegan la violencia machista
Las estadísticas son claras y refutan cualquier intento de minimizar o negar la existencia de la violencia machista. Sin embargo, la negación o banalización de esta problemática sigue presente en algunos sectores, lo que dificulta la implementación de políticas efectivas y el cambio cultural necesario para erradicarla.
Un llamado a la acción
En palabras de las autoridades que hoy denunciaron esta situación, «la violencia machista no puede ser ignorada ni relegada a la agenda secundaria». El llamado es urgente: se necesitan políticas efectivas que protejan a las víctimas, campañas de sensibilización para erradicar el machismo estructural y la activación de recursos que ya están presupuestados, como los Centros de Crisis de 24 horas.
En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, es crucial recordar que no basta con conmemorar. La lucha contra esta lacra requiere una implicación diaria, desde todos los ámbitos de la sociedad, para garantizar un futuro en el que la igualdad y la seguridad sean una realidad para todas.