Vecinos y usuarios frecuentes de la Biblioteca Antonio De Hilaria , ubicada en Rincón, expresaron su malestar ante la creciente presencia de gatos dentro de las salas de lectura y estudio. Si bien muchos reconocen el afecto que despiertan los animales, advierten que la situación ha comenzado a generar incomodidad y posibles riesgos en un espacio destinado al estudio y la concentración.
En las últimas semanas, se ha vuelto habitual encontrar varios gatos dentro del edificio, incluso sobre las mesas, estanterías y sillas. “Me encantan los animales, pero no puedo estudiar tranquilo con un gato paseando sobre mis apuntes”, comentó una estudiante que quiere reservarse en el anonimato, la universitaria que asiste a diario a la biblioteca. Otros usuarios manifestaron su preocupación ante la posibilidad de episodios alérgicos, ya que varias personas que concurren al lugar podrían verse afectadas por la presencia constante de pelos o restos biológicos, aunque hasta el momento no se ha registrado ningún caso.
Algunos vecinos señalan que los felinos ingresan al edificio atraídos por el refugio y la comida que personas bienintencionadas les dejan en los alrededores. Esta dinámica, sin embargo, ha convertido a la biblioteca en un punto de permanencia habitual para la pequeña manada.
Varios usuarios sugieren que se debería buscar una solución equilibrada, que contemple tanto el bienestar de los animales como el derecho de los ciudadanos a contar con espacios públicos limpios, tranquilos y apropiados para el estudio. Entre las propuestas que comenzaron a circular se encuentra la posibilidad de derivar a los gatos a hogares de tránsito, con la colaboración de asociaciones protectoras de animales, o crear un espacio específico fuera del edificio donde puedan ser atendidos sin generar inconvenientes.






